Objetivos

La redacción de objetivos debe ser iniciada por un verbo en infinito. Elegimos DIGNIFICAR.

Desde MHM pretendemos iniciar un proceso de debate y creación en torno a nuestra propia historia. Queremos ser agentes activos de esa historia, no simples espectadores. Es ahí donde entra el papel de la memoria.

La palabra, el testimonio, el relato, es en esa transmisión de la historia, de las vivencias, donde comienza la transmisión de la identidad y los valores, familiares o sociales, de la elaboración conjunta de la memoria colectiva a través de contrastar historias, interpretaciones y perspectivas, con ese sentido emotivo que caracteriza a la humanidad.

¿Qué tiene que ver la dignidad con todo esto?

Al dar la oportunidad a la verdad que fue silenciada de ser escuchada, se está reconociendo la palabra y las vivencias de quienes las narra. Se produce una ruptura con el silencio, con el miedo, con la censura auto-impuesta. Emerge una verdad que da valor a la historia negada y que irremediablemente exige un replanteamiento de la historia oficial. La gente utiliza la palabra como herramienta liberadora, se empoderan para expresarse, para reivindicar su propia historia, su dolor, y por lo tanto re-identificarse consigo mismo, con los suyos y con la sociedad a la que pertenece.

Nosotros pretendemos esto precisamente, un proceso de recuperación y construcción de nuestra historia, de nuestra memoria, donde cada persona, familia o sociedad, conozca el paradero de sus familiares y puedan cerrar procesos de reparación y duelo de una manera sana, libre y digna.

Dejar flores con el color del honor y el orgullo, sin el velo del silencio y la vergüenza; hablar del pasado sin temor al juicio, al dolor o al reproche; decidir cuando las heridas han dejado de doler o cuando han cerrado; leer la vida sin la urgencia de pasar las páginas negras, que con más motivo deben ser estudiadas, para que no vuelvan a repetirse; abrazar las luces y sombras de nuestro ayer y a quienes lo protagonizaron, porque a ellos les debemos lo que hoy somos; poder tocar sus nombres y apellidos esculpidos, porque cada vida cuenta y el dolor de una familia es un dolor social arrastrado y postergado que necesita respuesta.


Y todo ello, con DIGNIDAD.

3 comentarios:

  1. ¿Memoria histórica para todos los asesinados o sólo para los de un bando? No veo al santero de Jesús, varios sacerdotes, frailes pasionistas del convento de Daimiel, etc

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    1. Entendemos que la labor de dignificación recaiga más sobre las personas que pertenecieron al bando de las vencidas y vencidos, ya que las personas pertenecientes al bando victorioso fueron dignificados por su líder y sus políticas de diferentes maneras (mausoleos, esculturas, menciones...), subrayando la virtuosidad de sus muertes, impidiendo que cayeran en el olvido, reconociendo el dolor de sus familias y gozando además de la libertad de poder expresarlo públicamente, contando con el apoyo social e institucional en los procesos de duelo.

      De cualquier manera, nuestra intención es la de dignificar la muerte de las víctimas tras la Guerra Civil, independientemente del bando, ya que nuestra preocupación reside en que el dolor generado por procesos de duelo alterados o impedidos cale familiar y socialmente, generando una polarización social arrastrada por el dolor escondido y silenciado, buscando una identidad colectiva que integre todas las voces, todos los llantos y todas las historias. Le invito a leer los documentos que facilitamos, los cuales se irán incrementando tras estudiarlos y valorar su importancia, aunque podría recomendarle de antemano que lea a Carlos Martín Beristain.

      Respecto al santero Jesús y quienes mencionas, esta es la sección de objetivos, donde reflejamos nuestras intenciones como grupo.

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    2. Me gusta. Hay que dignificar a los muertos, a todos los muertos, sean del bando que sean. Es verdad que unos muertos han tenido un recuerdo digno, pero otros todavía no, y muchos todavía están en fosas comunes. Ningún muerto, sea del bando que sea, se merece estar en una fosa común.

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