lunes, 13 de noviembre de 2017

II Homenaje "Una vida, una flor" 2017


Por segundo año, nos reunimos en el cementerio de Manzanares, junto a las fosas comunes, familiares y personas que se han solidarizado con las víctimas. Fue un evento muy emotivo, que a pesar de doblar la cantidad de personas del año pasado no perdió esa cercanía y fraternidad que para nosotr@s es tan fuerte como acogedora. Además de quienes repitieron respecto al primer encuentro que organizamos, este año se sumaron familias de Manzanares y la comarca, además de otras que vinieron desde Jaén, Madrid y Barcelona, agradeciendo mucho ese esfuerzo por el viaje.

A continuación, os dejamos los textos que durante el encuentro leímos como Memoria Histórica de Manzanares, si bien hay que destacar que hubo emotivos textos de familiares, los cuales estaríamos encantados de publicar si nos los enviáis.

Al final del artículo, tendreis acceso a un video que recoge cómo fue el evento que Rafael Gómez ha grabado y editado, estándole muy agradecido por el trabajo que ha hecho y por compartirlo.


La Guerra ha terminado. Estas palabras resonaron en el pecho de todo un pueblo un 1 de abril de 1939. La democracia, fue interrumpida y suprimida, al igual que la vida de muchos de quienes la defendieron. Y si la guerra cesó, continuó su lado más sombrío y atroz. En nombre de la justicia, con tribunales, sus jueces y sus leyes, exiliaron, apresaron, torturaron y asesinaron a quienes, decían, pretendían hundir España. La justicia era violencia, y la violencia era justa. Eran los vencedores, y con el derecho jurídico se creyeron con derecho a todo.



Los vencidos y su historia fue silenciada y enterrada, literalmente. Y esa es la razón por la que les rendimos homenaje. Porque sabemos que quienes aquí yacen, no son delincuentes, sino personas a las que admirar porque defendieron con su vida la democracia, la que tanto tardó y costó que llegase para que hoy podamos, por ejemplo, estar hoy aquí reunidos, sin miedo, sin escondernos. Porque sabemos que sus juicios fueron una farsa, al igual que las acusaciones, y nos indignan las mentiras que sobre ellos vertieron. Porque su historia nos advierte de lo crueles que podemos llegar a ser entre nosotros si el valor humano queda en segundo lugar y de cómo, en nombre de la justicia, se pueden cometer los peores crímenes. Porque al encontrarnos entre nosotras y nosotros, nos reconocemos en un dolor que nos hace más fuertes y más fraternos.
Hoy no solo rendimos homenaje a las casi 300 personas que fueron asesinadas al otro lado de este muro entre junio de 1939 y noviembre de 1940, sino también a todas aquellas personas y familias que lucharon por un sueño que no llegaron a vivir.
Porque os enterraron sin saber que erais semillas, vuestras vidas brotan en nuestro recuerdo.




Brotes Republicanos, de Domingo de Pedro (nieto de uno de los fusilados)

Como los brotes del viejo olmo,
que ya nos contó  Machado,
la República, pausadamente rebrota,
la 3ª va germinando,
y germina con el abono generoso
de la sangre de nuestras gentes
que los fascistas asesinaron.

Con su dios y con su patria,
en sus banderas reflejados,
yugos y flechas, al pecho bordados,
sembrando terror y muerte,
dejando todo a su paso triste y asolado,
pero sin darse cuenta  de  un hecho...
-dejaban el terreno abonado!.
Por la sangre republicana,
vertida en cunetas, fosas y tapias ,
continuamente brotan y brotan,
día a día, mes a mes, año tras año,
fruto de la fértil simiente sembrada,
por la mano canalla del fascio,
infinidad de jóvenes brotes...
-brotes democráticos republicanos!.

Es homenaje merecido,
el que a los nuestros damos,
sin buscar en ello venganza,
no queremos ni odios, ni reclamos,
pero, a pesar de lo que ha llovido,
tampoco queremos el olvido...
-de  nuestros muertos, aquí enterrados!,

Así, con todo nuestro amor,
sumado a nuestro respeto,
rendimos nuestro homenaje,
a los que yacen aquí enterrados,
sin olvidar que fueron asesinados...
-tras unos juicios de esperpento !.
            Domingo de Pedro                                              otoño del 17



Luis Carlos Aguirre
El silencio no inunda
el aire de oscuridad de palabras,
no desata los ruidos
para que huyan campo afuera.

El silencio acumula diálogos
que no son,
despierta discursos
sin aplausos,
recomienda despedidas
sin partidas.

El silencio descuenta inventarios
a la muerte
y espera pacientemente
una interrupción.



Fosas Comunes – Yunque
Hay una fosa escarbada
por la garra de la fiera,
hay voces calladas
siempre por la misma tierra,
removida y olvidada
por la mano que siembra
de muerte la esperanza
de un pueblo que se niega
a la cadena de la dictadura
y a la bala que les someta
a ser gota esclava
de su devastadora tormenta.

Que tiemblen todas las fosas
llenas de sangre libertaria,
llenas de raices ansiosas
por retoñar en la memoria
de todas las madres orgullosas
de los hijos de una patria
que sepultaron bajo losas
los verdugos de la historia.

No , no fuimos soldados
ni hacedores de tinieblas,
éramos hermanos
defendiendo sus ideas
contra gobiernos gobernados
por violadores de conciencias,
contra carceleros que condenaron
a las cárceles de sus miserias
a guerreros descalzos
de poderes y riquezas.

Que llegue hasta esta tierra
nuestro grito revolucionario
y el aire libre de las alas
de cada corazón libertario
de la pluma firme de cada alma
que cubría en los sudarios
cada libertad enterrada
olvidada en los calendarios
pero nunca exterminada.



SENTADO SOBRE LOS MUERTOS, de Miguel Hernandez

Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.



ROMANCE DEL FUSILADO, Poeta Anónimo

La fuente que hay en la plaza
llora por sus cinco caños.
El pueblo, ya no es el pueblo.
El campo, ya no es el campo.
Las callejuelas desiertas
envuelven silencios largos,
y todas las casas miran
con sus ventanas de espanto.
Los mozos... ¡si los hubiera!
Las mozas... mejor no hablarlo.
Las viejas, todas las tardes
vienen a llenar sus cántaros
-los españoles de luto
sobre sus cabellos blancos-
y los suspiros de pena,
el aire van ensanchando.

¡Tragedia del pueblo, pueblo!
¡Lástima del campo, campo!
Y la fuente de la plaza
llora por sus cinco caños.

Tres días, con sus tres noches,
le fueron busca, buscando.
Tres días con sus tres noches...
Le cogieron la del cuarto.
Entre dos guardias civiles
por las calles le llevaron;
mirar húmedo, de viejos,
le iba siguiendo los pasos.
Erguida la altiva testa,
a la espalda las dos manos...
¡Quién sabe qué lejanías
iban sus ojos mirando!
La compañera del preso
-los ojos secos de llanto-
cantaba una nana absurda,
estrujando entre sus brazos
al chiquitín de su amor:

"El mundo está lleno de lágrimas,
la vida llena de dolor..."

El amanecer morado
iba vistiendo de obispos
a un horizonte de álamos.
Los fusiles apuntaban
contra el pecho proletario,
por cima de sus cabezas
se alzaba un puño crispado;
vibró potente el supremo
cantar revolucionario:
"¡Arriba, parias de la tierra...!"

El aire de la mañana
se quebró en cinco disparos.
Aquella Internacional
se le secó a flor de labios;
en medio del ancho pecho
cinco claveles brotaron
y el cuerpo cayó en la tierra.
Los ecos se despertaron
y recorrieron al pueblo,
gimiendo el asesinato:
¡Hoy mataron a un obrero!
Dos viejas se santiguaron;
un hombre vertió blasfemias,
y una mujer vertió llanto.

Los cinco claveles rojos
ya se estaban deshojando.
Zumbó una mosca azul-verde...
Allí mismo le enterraron.
Las tapias del cementerio
le contaban a los pájaros
que, pegado junto a ellas,
un hombre murió cantando.



Hasta siempre, de Jose Luis De Gracia (bisnieto de uno de los fusilados)
Hoy besamos esta tierra con nuestros pies
Porque moristeis por no ver a nadie agachado
Os traemos como ofrenda claveles y versos
Porque en el pecho cargamos el llanto.
Que os tenemos presentes a pesar del tiempo
Porque vuestra lucha no fue en vano
Si con pausa os nombramos uno a uno es
Porque sois protagonistas de este relato
Y familiares, amigos, amigas, compañeros, compañeras os decimos
Que nos esperéis tranquilos, porque no os olvidamos.





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