miércoles, 6 de abril de 2022

Concluye la exhumación de la fosa 1 de intramuros de represaliados por el franquismo

 

Se han recuperado los restos de trece hombres fusilados en el verano de 1940

Los trabajos de exhumación que se han llevado a cabo desde el 8 de marzo en el cementerio de Manzanares para recuperar los restos de trece represaliados concluyeron este viernes con un emotivo acto. Estas tareas han corrido a cargo de un equipo de la Universidad Complutense de Madrid y Mapas de Memoria.

Esta exhumación ha durado casi un mes y concluyó este viernes por la tarde con un sencillo pero emotivo acto en el que las responsables de los trabajos informaron a las familias de los pormenores de las tareas desarrolladas para recuperar los restos de sus familiares, fusilados entre el 9 de julio y el 17 de agosto de 1940.

Los trabajos no han sido fáciles. A las inclemencias del tiempo se le ha unido la profundidad de la fosa, hallando el último cuerpo a cuatro metros bajo el suelo. Los tres cuerpos hallados a mayor profundidad estaban enterrados individualmente y separados por una pequeña capa de tierra. Luego había otros cuatro cuerpos juntos y, finalmente, seis más.

El equipo de la Universidad Complutense de Madrid que se ha encargado de esta exhumación está formado por las arqueólogas y antropólogas forenses Ester Montero, Sofía Rodríguez e Inés Pérez, y por la restauradora de bienes culturales Isabel Angulo, la cual explicó a las familias cómo ha sido el proceso. María Avendaño, psicóloga social de ‘Mapas de Memoria’, también señaló que aún queda “lo más complicado” del trabajo, el largo proceso de identificación de los restos y la localización de familiares.

Para ello, se está contactando con los descendientes de estas víctimas, después se procede a la elaboración de los correspondientes árboles genealógicos y se consiguen muestras de ADN para identificar los restos y poder entregarlos a sus familias y dignificarlos. Además, poco a poco, con fotografías, se pone rostro a la mayoría de las víctimas. “Se trata de ponerles rostro y de que no sean solamente números o nombres perdidos en la historia”, explicó Avendaño.

La emoción se apoderó de los asistentes cuando los familiares y los miembros del equipo de exhumación arrojaron al interior de la fosa una rosa en memoria de cada represaliado. Según la psicóloga social de Mapas de Memoria, esta emoción es sana, en un acto que trata de cerrar un círculo que ha estado abierto durante mucho tiempo. “Llevan 80 años esperando este momento de dignificación de sus padres, abuelos o tíos y la emoción está a flor de piel, lógico y sano porque de eso se trata, de cerrar el círculo y cerrar el duelo”, apuntó.

En los trabajos de exhumación también han estado implicados un equipo multidisciplinar de forenses, arqueólogos, antropólogos e historiadores provenientes de diferentes instituciones académicas: UNED, UCM, Universidad Nova de Lisboa y Universidad de Cran Field. Por parte de la UCM han intervenido además diez alumnos de prácticas de cinco nacionalidades distintas; también alumnos pertenecientes al curso de capacitación en antropología forense. De la UNED han participado tres alumnas de prácticas del grado de Antropología Social y Cultural.







 













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