Se han recuperado los restos de trece hombres fusilados en el verano de 1940
Los trabajos de
exhumación que se han llevado a cabo desde el 8 de marzo en el cementerio de
Manzanares para recuperar los restos de trece represaliados concluyeron este
viernes con un emotivo acto. Estas tareas han corrido a cargo de un equipo de
la Universidad Complutense de Madrid y Mapas de Memoria.
Esta exhumación ha durado casi un mes y
concluyó este viernes por la tarde con un sencillo pero emotivo acto en el que
las responsables de los trabajos informaron a las familias de los pormenores de
las tareas desarrolladas para recuperar los restos de sus familiares, fusilados
entre el 9 de julio y el 17 de agosto de 1940.
Los trabajos no han sido fáciles. A las
inclemencias del tiempo se le ha unido la profundidad de la fosa, hallando el
último cuerpo a cuatro metros bajo el suelo. Los tres cuerpos hallados a mayor
profundidad estaban enterrados individualmente y separados por una pequeña capa
de tierra. Luego había otros cuatro cuerpos juntos y, finalmente, seis más.
El equipo de la Universidad Complutense de Madrid que se ha encargado de esta exhumación está formado por las arqueólogas y antropólogas forenses Ester Montero, Sofía Rodríguez e Inés Pérez, y por la restauradora de bienes culturales Isabel Angulo, la cual explicó a las familias cómo ha sido el proceso. María Avendaño, psicóloga social de ‘Mapas de Memoria’, también señaló que aún queda “lo más complicado” del trabajo, el largo proceso de identificación de los restos y la localización de familiares.
Para ello, se está contactando con los
descendientes de estas víctimas, después se procede a la elaboración de los
correspondientes árboles genealógicos y se consiguen muestras de ADN para
identificar los restos y poder entregarlos a sus familias y dignificarlos.
Además, poco a poco, con fotografías, se pone rostro a la mayoría de las
víctimas. “Se trata de ponerles rostro y de que no sean solamente números o
nombres perdidos en la historia”, explicó Avendaño.
La emoción se apoderó de los asistentes
cuando los familiares y los miembros del equipo de exhumación arrojaron al
interior de la fosa una rosa en memoria de cada represaliado. Según la
psicóloga social de Mapas de Memoria, esta emoción es sana, en un acto que
trata de cerrar un círculo que ha estado abierto durante mucho tiempo. “Llevan
80 años esperando este momento de dignificación de sus padres, abuelos o tíos y
la emoción está a flor de piel, lógico y sano porque de eso se trata, de cerrar
el círculo y cerrar el duelo”, apuntó.
En los trabajos de exhumación también han
estado implicados un equipo multidisciplinar de forenses, arqueólogos,
antropólogos e historiadores provenientes de diferentes instituciones
académicas: UNED, UCM, Universidad Nova de Lisboa y Universidad de Cran Field.
Por parte de la UCM han intervenido además diez alumnos de prácticas de cinco
nacionalidades distintas; también alumnos pertenecientes al curso de
capacitación en antropología forense. De la UNED han participado tres alumnas
de prácticas del grado de Antropología Social y Cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario